De la cuna a su propia cama
Cuando los bebés comienzan a crecer y llegan a esos inquietos 3 años muchos padres comienzan a plantearse la transición de la cuna a su propia cama. Entonces vienen las dudas: ¿es mejor dejarlos en la cuna hasta que ya tengan edad suficiente para una cama grande? ¿Es mejor comprar una cama pequeña para infantes? Antes de que corras a comprar una cama nueva, lee este artículo para disipar todas tus dudas.
Una cama para infantes es mucho más pequeña que una normal, pues su largo suele ser similar a las cunas. De hecho, es posible utilizar el mismo colchón, por lo que podría representar un gran ahorro. Estas camas pequeñas son muy bajas, lo que facilita el acceso de los pequeños e incluso evita accidentes graves si el niño se mueve mucho y se cae. Otra ventaja es que, al ser de dimensiones reducidas, ocupa menos espacio y deja más lugar en el suelo para jugar. Por otra parte, su tamaño las hace más confortables y facilitará la transición para el niño.
Sin embargo, invertir en una cama pequeña que será utilizada por unos pocos años (servirá desde los 3 años a los 7, más o menos) puede significar una gran inversión para los padres. En caso de que tu presupuesto sea limitado, es mejor comprar un colchón de tamaño normal y colocarlo en el suelo. Otra opción es colocar barreras laterales en las camas (muchas camas en el mercado tienen barreras removibles). Las camas grandes tienen una gran ventaja, además de ser más longevas, y es que los niños se sentirán cómodos con tanto espacio. Sea cual sea tu opción, es importante que hagas el cambio de la cuna a la cama lo más pronto posible, pues esta dotará a tu niño de un sentido de independencia y seguridad, muy importante en su periodo formativo.
Imágenes: Furniturestocks, housetohome, kidsroomdecor, decoratingviedka
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