Convertir la cuna en un escritorio
Dar una segunda oportunidad a determinados objetos o muebles puede ofrecer muy buenos resultados a nivel decorativo. Un buen ejemplo de lo que digo es este que te quiero mostrar:
Se trata, tal y como puedes ver, de convertir la cuna en un bonito, amplio y muy original escritorio o espacio de trabajo. Un espacio de trabajo que, por su amplitud, resulta muy cómodo para los niños aún cuando lo utilice más de uno.
Los niños crecen muy rápido y ello conlleva un cambio de mobiliario constante que se adapte a sus necesidades.
Cuando tu pequeño ya no necesite su cuna para dormir, puedes darle una segunda oportunidad convirtiéndola en un divertido y encantador escritorio.
Lograr el cambio es realmente sencillo, basta con eliminar una de las barras laterales, eliminar el colchón y pintar la base con pintura de pizarra. Así, los niños podrán utilizar la cuna como escritorio, pintar en la base al ser de pizarra y utilizar los barrotes para colgar y mantener ordenados todos los complementos y materiales propios de un escritorio.
Un idea sencilla, práctica, económica y funcional. Perfecta para cualquier habitación infantil o cualquier espacio de juegos.
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